Siguiente pieza

Chronica del Emperador Carlos V. escrita por D. Francés de Zuñiga, truhán de este gloriosísimo Emperador. Restituida y enmendada de muchos errores, teniendo presentes dos ejemplares antiguos por Francisco Xavier de Santiago Palomares
Precioso manuscrito con una bellísima caligrafía obra de Santiago Palomares.
Francesillo de Zúñiga, natural de Béjar, Salamanca, fue un extraordinario personaje de probable ascendencia judía, que, siendo sastre en su juventud, su buen humor le llevó al oficio de bufón, entrando al servicio del Duque de Béjar, Don Álvaro de Zúñiga, de quien tomó el apellido. En compañía de su amo viajó a la Corte conociendo al joven Carlos V en Valladolid en 1517, entrando después al servicio del Emperador en 1522. Previamente había participado en la Guerra de las Comunidades y en la conquista de Navarra. Durante los seis años que estuvo al servicio del Emperador participó en muchos acontecimientos importantes de su reinado que narra en su «Crónica», empezada en 1525, al mismo tiempo que motejaba a diversos personajes de la Corte. El resultado es la crónica mas heterodoxa y divertida del siglo XVI.

Esta crónica corrió manuscrita en la época y su carácter jocoso hizo que su autor fuera objeto de amenazas por algún personaje que se sintió zaherido. Posteriormente cayó en desgracia con el Emperador, aunque obtuvo el cargo de alguacil mayor de Béjar. Sin embargo, alguna antigua querella hizo que fuera asesinado en Béjar en 1532. Como decíamos esta crónica circuló manuscrita en la época y probablemente esa fue la intención del autor ya que estaba destinada al Emperador y su círculo mas cercano, debiendo entenderse su contenido mas como un ejercicio de entretenimiento que de divulgación. Está, por lo tanto, a medio camino entre lo periodístico y lo histórico siempre en un tono jocoso tendente a la bufa y ridiculización de personajes concretos, que son objeto de diversos motes en los que Francesillo era un maestro.
Está considerada la «Crónica» de Francesillo como la obra maestra de la literatura bufonesca o «de loco» en España, además de uno de los mejores ejemplos en Europa. La obra permaneció inédita hasta que Pascual de Gayangos la publicó en la Biblioteca de Autores Españoles en 1855. Existen varias copias manuscritas de los siglos XVI al XVIII en las bibliotecas públicas españolas, en su mayoría en la B. Nacional, donde hay además dos copias caligrafiadas por Santiago Palomares, una de ellas con el exlibris de Gayangos, siendo la que ofrecemos, en nuestra opinión, la de más calidad.